Rezar el Rosario en casa es una buena opción en momentos difíciles: ¿Sabes cómo se hace?

La Iglesia nos pide, en estas circunstancias dolorosas y de emergencia, que incrementemos la oración. Que lo hagamos de una manera sincera, profunda y confiada. Y una de las mejores maneras de hacerlo es elevando la oración del Rosario, tal y como desde hace siglos vienen haciendo los fieles cristianos. ¿Sabes cómo rezar el Rosario?

El Rosario nos invita a contemplar a Cristo por María con la confianza puesta en la intercesión de una madre. Por eso, en estos días, lo podemos realizar de una forma si cabe mas intensa. «Siempre con nuestros ojos fijos en Cristo y contemplando a María como modelo de contemplación», tal y como recoge el capellán de las Hermanas Clarisas de La Inmaculada y San Pascual, Francisco Gabaldón Álvarez, que nos insta a no repetir fórmulas de una manera mecánica, sino que, a un ritmo tranquilo y reflexivo, hagamos esta oración tradicional de la Iglesia.

Quiero compartir contigo estas dudas y las respuestas que encontré, gracias a consejos, textos y un dialogo interior con Dios. Este último paso es ¡fundamental! te recomiendo practicarlo.

Paso 1: la señal de la Cruz

Comenzamos siempre haciendo la señal de la Cruz. Después podemos rezar el Credo, que es la procesión de nuestra fe cristiana, o también el acto de contrición, que bien sabemos que significa ponernos humildemente en la presencia del señor como pecadores que somos. Seguidamente, enumeramos cada uno de los misterios tanto de gozo, como de gloria, como de dolor, como de luz. En cada uno de ellos descubrimos cómo se revela el Reino de Jesucristo para nuestra salvación.

Paso 2: escuchar la palabra de Dios

Después de esta enumeración, el capellán de Las Clarisas asegura que «es muy bueno escuchar la Palabra de Dios, un breve mensaje bíblico relacionado con el pasaje que estamos reflexionando. Un poco de silencio es también muy conveniente para después elevar la súplica confiada. Primero el Padre Nuestro, que es la oración con la que el Señor nos ha exhortado a dirigirnos al Padre, después con los diez Avemarías ,sabiendo que María está en el centro de nuestra atención porque ella intercede por nosotros come Madre. Esa oración preciosa del Avemaría, que tiene la palabra Jesús en el centro de esa doble parte que tiene la parte evangélica con el saludo del Ángel y la parte de súplica “Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros…”.

Paso 3: el Gloria

Y por último, el Gloria, que es al fin y al cabo la mayor glorificación del Padre, del Hijo y del Espíritu; la meta de nuestra contemplación está precisamente en dar gloria a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. De los misterios, se nos invita a entrar en el Misterio con mayúsculas. El misterio que es Jesucristo porque todo en la vida de Jesús, no podemos olvidar, es signo de su misterio, tal y como recuerda el padre Francisco: «Pues bien, pidamos al Señor la ayuda que necesitamos, de una manera especial en estos momentos, con la oración del Rosario para que así vayamos completando nuestro camino, este itinerario cuaresmal que se nos pide vivir de una manera muy concreta, muy intensa, para así poder llegar a la meta de la Pascua, de la alegría y del gozo».

Paso 4: Letanías Lauretanas

Después, podemos terminar la oración con las tradicionales Letanías Lauretanas reconociendo en María la imagen viva de su Hijo Jesucristo para que nosotros también, junto con ella, alabemos a Él: «Y terminar, como siempre, por las necesidades del mundo, de la iglesia, orando por el Papa y especialmente, en estos momentos, por los enfermos, por aquellos que están sufriendo la enfermedad y por los que están luchando contra la enfermedad. Pidamos al Señor su auxilio por intercesión de nuestra madre, la Virgen María, con la oración del Rosario tan extendida y tan común en medio de nuestros fieles».

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