Jesús, en Ti Confío

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La Misericordia de nuestro Señor es grande, un tamaño realmente incalculable para el mundo, dicen los hechos que Dios amó tanto al mundo que mandó a su único hijo para salvarnos.

Sabemos que existe la Misericordia de Jesucristo, pero realmente sabemos ¿Qué hay tras la historia y la proclamación de su fiesta?, ¿Realmente nos dejamos llevar por su Divinidad?

Es fácil para los católicos reconocer a la imagen de la Divina Misericordia, incluso repetir, “Jesús, en Ti Confío”, pero pocos nos animamos a conocer el origen de su devoción, incluso de conocer más a Jesús.

Para Él no hay un apuro sobre las cosas, todas ocurren en su momento. Las personas ligadas a su devoción salvadora se entregaron por completo a su guía, trabajando día y noche en circunstancias favorables y no favorables y confiaron en sus caminos dibujados con delicadeza.

El beato padre Michał Sopoćko nacido en 1888, San Juan Pablo II (Karol Józef Wojtyła)​ nacido en 1920, Santa María Faustina Kowalska nacida en 1905.

Cuando veo los nombres de las almas que estuvieron bordadas en el plan de Dios a la Devoción, no me queda mayor asombro de ver cómo actúa nuestro Señor, uniendo a las personas que se entregan a su voluntad con un mismo propósito, el amor y la conversión del mundo.

La imagen de la Divina Misericordiosa tiene un fondo oscuro, porque Jesús es la Luz y es quien viene a ti, quien te ve a ti, si quitas la imagen de Jesús, no te queda nada. Confiar en Él, lo es todo.

En este tiempo, el miedo, la desesperación, la desesperanza es ese fondo oscuro y fluirán como aguas en aniego y si un aniego no es agradable al paso diario del hombre, menos los sentimientos que se apoderan y opacan tu Fe.

No es solo decir Confío en ti Jesús, es creer lo que estamos diciendo, entonces se siente una alegría que nace del mismo Espíritu, como si la misma luz de Cristo quisiera salir por todo el cuerpo.

No puedo contar toda la historia en estas líneas, pero me permito compartir un link a un video documental sobre todo el camino de la Devoción, desde el llamado de Jesús a Faustina, la creación de la pintura original y la proclamación de la fiesta de la Divina Misericordia.

A la derecha, primer cuadro de Jesús de la Misericordia que se mandó pintar por Santa Faustina Kowalska (1934).

Oren, lo digo no por nosotros que ya somos adultos, lo digo por los niños, por los que nacen y los que tengan en plan divino nacer.

Oren y tengan Fe, si tienen miedo tienen un ángel de la guarda que los cuida, comparte su dolor y su alegría porque son suyos y tal cual se los entrega a Dios si se lo permiten.

Oren y si les falta esperanza en el corazón, llamen a Jesús en su vida, ¿Cómo aquel que dio su vida por ti podría negarte el perdón y su compasión de Misericordia?

Lo demás no es necesario, si lo tienes a Él, lo tienes todo.

Ave María y Adelante!

Autora: Flor Llanos

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