Fiestas patrias 2020

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Toda celebración es motivo de alegría, de encuentro, de satisfacción, de fiesta. ¡Cuánto más si nos acercamos a celebrar un número señalado!  Entramos ya a celebrar el Bicentenario de nuestra independencia.

Este año –precisamente este año- el coronavirus ha truncado nuestros deseos de celebración. El dolor, la tristeza está ahogando la alegría de muchas personas y muchas familias: unos fallecidos, otros contagiados; y todos con la incertidumbre de cuándo pasará esto.

En medio de esta pandemia seguimos recordando el grito del General San Martin: “…el Perú es libre e independiente……”   “y lo será siempre” añadimos en el himno. La libertad y la independencia son fruto de la unidad de las personas, de la solidaridad, de tener ideales comunes.

Hoy tenemos este pequeño virus, que no se ve, pero cómo actúa destructivamente. Muchas lecciones son las que podemos aprender (en los medios tenemos infinidad). Ante la celebración atípica de este aniversario patrio se me ocurre reflexionar en dos: Libertad e independencia.

Si ser libre es hacer lo que me da la gana, quiere decir que no he entendido nada.

Ser libre es respetar la libertad de las otras personas, valorar su vida, su persona; ser serviciales; respetar las normas que nos indican las personas que libremente hemos elegido para hacer efectivo el bien común.

Ser independiente no es vivir aislado, es sentirse interrelacionado con todos. Es sentir que de mi vida y actuar dependen otras personas; y yo dependo de muchas personas para vivir: si soy mecánico, de mi depende mucha gente para que su carro funcione, y a la vez yo dependo de ellos, porque necesito pan, necesito que mis hijos se formen en el colegio, necesito abrigarme…Solo sintiendo esta interdependencia esta interrelación es como somos independientes.

Libres sirviendo a los demás; independientes interrelacionándonos mutuamente podemos vencer al enemigo común que nos ha llegado de forma tan callada.

Brindemos el “FELIZ 28”, no con un vaso de cerveza en la mano y a punto de tambalearse, lo celebremos con un vaso lleno de salud, lleno de justicia, lleno de educación, lleno de trabajo digno para todos. FELIZ 28.

Por: P. Víctor García Teresa

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