Ave María Purísima

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«Juan Duns Escoto, Franciscano, preparó el camino para la definición dogmática. Dicen que su inspiración le vino al pasar por frente de una estatua de la Virgen y decirle: «Dignare me laudare te: Virgo Sacrata» (Oh Virgen sacrosanta dadme las palabras propias para hablar bien de Ti)».

Me tomé estas palabras para afirmar la Inmaculada Concepción de María y tomo la forma en cómo lo definió Juan Duns, porque no pude evitar lo propio de mi, el concentrarme e involucrarme cuando vi la película llamada «Juan Duns Escoto, el defensor de la Inmaculada Concepción».

En la película, Escoto sustenta una tesis sobre la Inmaculada Concepción de María y cuando parecía ya no poder más con los cuestionamientos (los que han vivido una sustentación de tesis, podrán entender mejor ese momento), surge un clamado de auxilio que solo un hijo puede pedir a su madre y ni una madre puede negar socorrer a sus hijitos. Si bien este fundamento no fue la propia proclamación del dogma, sirvió de base para la misma.

En lo personal, puedo decir que por las cosas que he leído, escuchado y buscado como referencia, hasta el mismo diablo no ha podido tocar a la Santísima Virgen María, Ella reina de los ángeles y madre de Dios hecho hombre, no puede ser tocada ni mencionada por este ser con tentativa, a menos que sea por reconocimiento de su pureza y si este ser no puede con ella hoy ni mañana no ha de haber podido jamás siquiera intentar quitarle la pureza que la engalana.

Y concuerdo con Escoto y lo defino con mis palabras. Dios sabe que es lo mejor y lo hace, cuando prepara los caminos para cada uno, Él hace lo mejor.
Dios no duda, no teme, no arriesga, Dios sabe lo que es correcto porque es la perfección y lo plasma con su sabiduría, entonces era bueno que el vientre y la madre del hijo de Dios, estuviera preservada del pecado original.
Era bueno para Dios y así lo hizo.

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» fue lo que dijo el ángel Gabriel el día de la anunciación. Siendo la Gracia una virtud de Dios, quién podría debatir a Dios sus decisiones? Yo no.

María, libre de pecado original no fue despojada de su libertad (libre albedrío) y aún así fue humilde, santa y creyente de Dios y se puede ver con claridad en las narraciones escritas en el evangelio el día de la anunciación.

Pues no duda de poder concebir pregunta el Cómo sería posible y el ángel claramente le explica la llegada del Espíritu Santo, diferente a lo sucedido con Zacarías.

María accede sin miedo a la voluntad de Dios, acepta, lo que mucho no sabemos hacer y que es tan sencillo. «Poner en manos de Dios nuestra vida»
Y recuerden que María era adolescente y el tiempo en el que vivía, en su situación iba a ser muy difícil sobrevivir ante este acontecimiento y ella no lo pensó, ella aceptó.

Tenemos mucho que aprender de ella y ojalá el tiempo me alcance para aprender y vivir como ella.
Ave María Purísima, Sin pecado original concebida.

 

Ave María y Adelante!

Autora: Flor Llanos

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